miércoles, 25 de marzo de 2020

RAMÓN J. SENDER

RAMÓN J. SENDER

La Guerra Civil Española (1936-1939) supuso para la literatura del país un corte radical. Una buena parte de los escritores que despuntaban durante la República tuvieron que partir al exilio, aunque ya habían iniciado su carrera literaria en España. Es el caso de Ramón J. Sender, que ya había publicado entre otras Mr. Witt en el Cantón, de claro contenido social, con la que obtuvo Premio Nacional de Narrativa.

Dice Nieves Vila: "Dolor, desarraigo y un ansia permanente por España, son algunos de los sentimientos que caracterizan la narrativa del exilio español generado a raíz de la guerra civil. El escritor exiliado vive una situación difícil de aceptar y uno de los medios a su alcance para revivir o reinventar esa pequeña historia que le pertenece aun cuando la haya dejado atrás, es escribir sobre ella."

Los novelistas en el exilio siguen caminos diversos, pues pierden el contacto en parte con la trayectoria de sus contemporáneos en España. En el caso de Sender, su preocupación social continuó presente en su obra, en la trilogía Crónica del alba, en la que su alter ego, José Garcés, le permite poner a salvo sus recuerdos. Continuó con su actitud de novelista comprometido que cree en la función social de la literatura, con una perspectiva ética, defendiendo que todo hombre debe luchar por su libertad.

Con el tiempo, sin embargo, se aferra a la memoria, a la geografía aragonesa de su infancia, y se idealiza el mundo rural y la vida campesina. Por eso la crítica considera que estas obras van más allá de la novela social y que se suman una serie de criterios filosóficos, históricos, etnológicos y antropológicos que enriquecen su obra.

Nació Ramón J. Sender en Chalamera de Cinca (Huesca) el 3 de febrero de 1901. Su infancia y su juventud transcurren en Aragón. Sus libros (sobre todo Crónica del alba) reflejan los recuerdos natales de Chalamera, los infantiles de Alcolea, Tauste y Alcañiz, o los juveniles de Zaragoza y Huesca. Se inició como periodista en la prensa local(La Crónica de Aragón, El Pueblo…) y también la nacional (en el fugaz intervalo de su escapada a Madrid a los 18 años: España Nueva, El País…).

 En 1923, tiene que cumplir el servicio militar y toma parte en la Guerra de Marruecos. Esta devastadora experiencia le hizo tomar una mayor conciencia política de izquierda. En aquellos años, en los que la mayor parte de los combatientes de Marruecos morían (el temor a ese reclutamiento para la guerra aparece en el Réquiem), los ricos se libraban de ir al frente mediante sobornos, mientras los pobres eran reclutados, es decir una explotación más y una injusticia, que le hace tomar conciencia de clase. En principio escribió  crónicas amables para el periódico oscense La Tierra, pero luego se radicalizó y su testimonio crititicaba la situación absurda y extrema que le tocó vivir, en las colaboraciones en El Telegrama del Rif.

En 1923, cuando vuelve de la guerra, trabajará como periodista en Madrid, un periodista agresivo y comprometido que pronto acabará en la cárcel en 1926 por enfrentarse a la dictadura de Primo de Rivera. Años más tarde volverá a verse inmerso en problemas en la época de la República. Cuando los republicanos de Azaña quisieron ocultar la matanza de Casas Viejas, Sender junto con otro periodista consiguieron enterarse de lo que había sucedido en el pueblo y lo dieron a conocer en unos artículos que lo marcaron desde entonces. El relato de estos hechos queda patente en su obra Viaje a la aldea del crimen.

Se hizo ya un escritor conocido con anterioridad a la Guerra Civil. Sus obras literarias de entonces se inspiran en su propia vida, en lo que conoce: Imán (1930), sobre la guerra de Marruecos; O.P. (Orden público) (1931) que refleja su experiencia en la cárcel; Siete Domingos Rojos (1932) acerca de las huelgas revolucionarias en Madrid en las que él mismo participó; la mencionada Viaje a la aldea del crimen (1934). Muy joven n 1935, gana el Premio Nacional de Literatura con una de sus mejores novelas: Mr. Witt en el cantón. En 1936 Sender es, por lo tanto, ya un escritor de prestigio, un escritor consagrado con apenas 35 años.

La Guerra Civil le cogió en San Rafael y pronto se traslada a zona republicana. En pocos meses perdió a su mujer, Amparo Barayón, y a su hermano Manuel, antiguo alcalde de Huesca, fusilados ambos por los rebeldes. Escribió por entonces obras de urgencia, como Contraataque (1938), pero también se sintió solo, fugitivo y superviviente, frente al acoso de algunos jerarcas comunistas que recelaban de él.


Comienza entonces su exilio. Al acabar la guerra se va a Francia y luego a México, en donde permanecerá hasta 1942. Posteriormente se traslada a Estados Unidos, en donde obtiene la nacionalidad en 1946.Sus hijos serán adoptados por una familia norteamericana.

Allí en el exilio escribió otras obras. En un primer período, tienen que ver con el pasado inmediato (Crónica o El lugar de un hombre)y se pueden relacionar con las de preguerra (Viaje a la aldea del crimen); por el personaje-víctima, con Imán; por el sentido de culpa, con El verdugo afable, y por su reivindicación de la dignidad del individuo —una de sus preocupaciones constantes—está en el centro de su obra.

Sobrevivía como profesor de literatura español. Además fue un escritor muy prolífico. La distancia, la necesidad de la memoria, la reflexión sobre el pasado cercano, la obsesión por la violencia, propiciaron la invención de novelas fundamentales en la literatura española del siglo XX: Epitalamio del prieto Trinidad (1942), Crónica del alba (1942), El rey y la reina (1949), El verdugo afable (1952), Hipogrifo violento (1954), Ariadna (1955), Bizancio (1956), Unamuno, Valle Inclán, Baroja y Santayana (1957) -con los años, aumentado en Examen de ingenios. Los noventayochos (1961)-, La quinta Julieta (1957), Los cinco libros de Ariadna (1957), El diantre (1958), Los laureles de Anselmo (1958), El mancebo y los héroes (1960), Las imágenes migratorias (poemario de 1960), La llave (1960), Novelas ejemplares de Cíbola (1962), La tesis de Nancy (1962; primera de la popular serie), La luna de los perros (1962), Los tontos de la Concepción (1963), Carolus Rex (1963).

En 1963 pasó de Alburquerque a Manhattan Beach (California). Allí terminó la escritura de La aventura equinoccial de Lope de Aguirre (1964), Jubileo en el Zócalo (1964), El bandido adolescente (1965), Valle Inclán o la dificultad de la tragedia (1965), etc.

En España empieza a ser conocido cuando Destino publica en 1965 la trilogía Crónica del alba.
 Retornó del exilio en dos oportunidades (1974 y 1976). Moriría, sin embargo, en San Diego, California, durante la noche del 15 al 16 de enero de 1982. En 1972 Sender traslada, por motivos de salud, su residencia de Los Ángeles a San Diego, donde sigue publicando de manera incansable.



Es un escritor fundamental de la literatura española, que ya se dio a conocer y tuvo reconocimiento antes de la Guerra Civil. Al vivir en el exilio, las obras que escribió allí fueron conocidas tardíamente en España y, como todos los escritores del exilio, sigue su propia línea de escritura, que no coincide con las líneas novelescas de la península.

  En los novelistas del exilio el tema de la guerra civil muestra en ocasiones el papel de la Iglesia en el conflicto, a veces en la figura de un sacerdote o cura párroco, en un contexto rural en el cual este personaje es punto de referencia para sus habitantes. Esto es lo que ocurre en esta novela.

Réquiem por un campesino español es un retrato de la España rural con una intención social. La sombra de la Iglesia y el caciquismo político impiden el progreso. La exposición de la cultura arcaica en coexistencia con la cristiana transmiten la sensación de inmovilidad social.”- dice Lourdes Núñez Molina.

Algunas de sus obras fueron llevadas al cine, como ocurrió con Crónica del alba en Valentina:

 LA PELÍCULA